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La autenticidad de la cocina de la Octava Isla, sus cocineras y cocineros y los chef de Lanzarote brillan en el IX Salón Gastronómico de Canarias
Fotos: Adriel Perdomo
El IX Salón Gastronómico de Canarias, Gastrocanarias 2024, tardará en olvidar la cantidad de sombreros de La Graciosa recorriendo los amplios pasillos, alongándose a los diferentes estands de marcas y territorios y regresando a la base instalada por Saborea Lanzarote en el Recinto Ferial de Santa Cruz de Tenerife, sede del evento.
Debajo de cada sombrero, la sabiduría de las mujeres -y los hombres- que han dado de comer a sus familias, primero; a algún visitante despistado, después; y a la legión de turistas que desembarcan diariamente en Caleta de Sebo, por último. Cocina con verdad. Singular y auténtica. Con los frutos del mar como protagonistas, como cabe pensar de un territorio insular. Pero mucho más que todo eso también.
En cada una de las jornadas, los chef de la octava isla y los de Lanzarote, que han vuelto a ratificar que tienen mucha y muy buena cocina, trabajaron con pejines, tollos, corvina, lapas, morena, cabrillas, burgaos… y se apareció en un evento gastronómico de altura hasta la humilde Ropa vieja. Ahí es nada.
Un acierto de la organización
Cabe concluir, por tanto, que ha sido un acierto invitar a La Graciosa como territorio destacado. Un tanto que cabe anotar en el casillero del incansable José Carlos Marrero al que, por cierto, da gusto verlo desenvolverse en un sereno ir y venir en medio del ajetreo del Salón Gastronómico. Y a la nueva visión que de la promoción de la gastronomía tiene el actual gobierno de Lanzarote, que canaliza a través de Saborea Lanzarote.
